Revista Jurídica Cajamarca

 
 

 

La tortuga y los gansos

Alimento de valor para el camino de tu vida

Alex Roy Rodríguez Rodríguez (*)

 


 

A lo largo de nuestra vida se han escrito muchas historias así como muchas otras cosas se han dicho, pero que quizá surtieron el efecto cuando estas se dieron en el momento; sin embargo aun se observa que muchos continúan cometiendo las mismas faltas ya sean algunas por inmadurez o por testarudez y torpeza, es por ello que no esta demás seguir dedicando argumentos para la reflexión y madurez de nuestras actitudes ( unas veces caprichosas e irresponsables ) pensando quizá  y teniendo la esperanza que algún día cambiaremos nosotros y con ello la sociedad para lograr ser realmente MEJORES.

Por ello que la presente historia genere el efecto de la reflexión necesarios para lograr un gran cambio de nosotros para los demás y no perdamos a muchas hermosas amistades, muchas relaciones familiares, muchos buenos trabajos; que talvez se pierde porque alguien hablo mas de la cuenta y no supo quedarse callado. Es por ello urgente aprender a no hablar u opinar cuando las emociones te están dominando.

LA TORTUGA Y LOS GANSOS

- Ven con nosotros, amiga Tortuga, - dijeron un día dos gansos salvajes a una vieja tortuga que vivía en una charca del Himalaya.

- tenemos una bonita vivienda en una cueva de oro en la montaña Cittakutta.

 
- No tengo alas, - contestó la tortuga, - ¿cómo podría llegar a vuestra casa?


- ¿Puedes mantener la boca cerrada?- preguntaron los gansos.


- Desde luego que si - contestó.


- Sostén este palo pues entre los dientes -dijeron los gansos- y nosotros tomaremos cada uno de los extremos con nuestros picos y te levaremos por el aire.


Y se fueron volando por encima de las cumbres de las montañas, con el mundo entero extendiéndose bajo ellos. Después de algún tiempo volaron sobre los tejados de Benarés.


- "¡Qué extraño! -exclamaron riendo unos niños que los veían pasar- unos gansos llevan por el aire una tortuga".


Doña tortuga, oyendo estas palabras,. se puso muy agitada y un pequeñito fuego de ira empezó a arder en su corazoncito.


- "¿Qué os importa si me llevan por el aire?" - gritó. Naturalmente, no pudo hablar sin abrir la boca; sus dientes dejaron de agarrar el palo, y la pobre doña Tortuga cayó, yendo a parar al patio del palacio del rey, quien se levantó de su trono y fue al patio con su consejero, su prudente hombre de la Corte.


- "¡Pobre tortuga!, exclamo el rey, ¿cuál es la causa de que cayera en este patio y se rompiera su bello caparazón verde? Dime, dijo a su consejero, ¿de dónde ha caído y por qué?"


Ahora bien, se daba la circunstancia de que el rey tenia la costumbre de hablar mucho,. Era bondadoso y de buen corazón, pero en su presencia era difícil que alguien consiguiera decir una sola palabra. Así, el consejero, que conocía la razón de la caída de la tortuga, pensó: " aquí tengo la ocasión de darle una lección a nuestro hablador rey".


"Señor, dijo, unas aves llevaban a la tortuga por el aire sosteniendo un palo con sus picos, al cual ella se agarraba con sus dientes.- La tortuga oyó a unos niños de la ciudad que se reían de ella. Esto, sin duda, la irritó y no pudo contenerse de replicarles, con lo cual se desasió del palo y cayó. Esta es la suerte que les está reservada a los que no pueden refrenar su lengua.


Estas palabras penetraron en el corazón del rey, que comprendió que la lección iba dirigida a el, y desde aquel día sus palabras fueron pocas y prudentes: hablaba solo cuado era el momento de hablar, y vivió feliz por siempre jamás.

Piensa...!!!!!!!!

Por eso amigo (a) no pretendas ser como la tortuga que a pesar de que pienses que tienes toda la razón de estar enojado (a) no actúes con ira, piensa antes de actuar, tú sabes que tienes otro maravilloso corazón al que llamamos cerebro, pues entonces utilízalo para ubicarte y controlarte, porque como bien sabes la pelea no la gana el que más grita sino por el contrario el que sabe como controlar adecuadamente sus emociones en el momento que estas lo requieren.


 


(*) Psicólogo Forense. Ministerio Público, Instituto de Medicina Legal de Cajamarca. Conciliador Extrajudicial.

Teléfono (044) 82-5223, Celular 96-4356

E-mail:

alexroy@mixmail.com

elariano66@starmedia.com


 

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