Revista Jurídica Cajamarca |
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Editorial
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Los retos del nuevo milenioEl inicio de una nueva etapa marcada por el calendario, más aún, el fenecimiento de un milenio y el comienzo de uno nuevo, necesariamente, originan la urgencia de una evaluación de lo pasado y la formulación de nuevos planes para los días, meses y años que vienen. Esto último, implica una actitud de trascendencia: proyectarnos al futuro y concebir situaciones o condiciones nuevas, llenas de valores y de realizaciones de aquello que es aspiración íntima de todo hombre recto y justo: una sociedad donde reine la armonía y la justicia. Estamos
conscientes de la dinámica social de nuestro tiempo, la misma que se
caracteriza por la existencia de dos procesos paralelos vinculados por
una relación dialéctica: un proceso de DESTRUCCION por un lado y un
proceso de CONSTRUCCION, por otro lado. Como
consecuencia del primer proceso, están muriendo muchas instituciones
del pasado; las ideas y doctrinas largamente acariciadas han pasado a
ser obsoletas e incapaces de atender a las nuevas necesidades. Conceptos
como el de la ‘soberanía’, ‘no injerencia en los asuntos
internos’, ‘razón de Estado’, etc. son fuertemente cuestionados.
A nivel colectivo o social, es característica la desunión que
corroe todos los cimientos. El mismo Estado moderno se muestra incapaz
de adaptarse a las nuevas emergencias sociales; claro, es que los nuevos
problemas que ponen en peligro el medio ambiente, la estabilidad de las
instituciones y agrupaciones sociales han dejado de ser únicamente
locales o regionales para convertirse en globales (narcotráfico,
terrorismo, etc.). En lo que toca al nivel individual, la marca visible
es la corrupción. Tanto la desunión como esta última, que
implica una relajación moral, están destruyendo la sociedad caduca. En
cambio, por efecto del segundo proceso, han surgido y están naciendo
nuevas instituciones, ideas, doctrinas y posiciones filosóficas
concebidas a la luz de las nuevas realidades sociales. Se está
trabajando por construir una comunidad internacional, significando esto,
la necesidad de consolidación y perfeccionamiento de la jurisdicción
supra nacional (en todas las materias: penal, civil, etc.) y sobre todo,
el reforzamiento del Derecho internacional de Derechos Humanos. En el
pasado, en el Derecho internacional tradicional, los individuos y los
pueblos no contaban. Se pensaba que únicamente los Estados podían ser
sujetos de derechos; pues, actualmente, esta concepción ha cambiado:
también los individuos y los pueblos somos sujetos del Derecho
internacional. Consideramos
que debe formar parte de nuestros planes para el presente y el futuro,
el de enrolarnos o ratificar nuestra presencia en las filas de aquellos
ocupados en mover las ruedas del proceso de construcción, proceso éste,
que a diferencia del anterior, debe desenvolverse sobre unas bases de
sentido de unidad a nivel colectivo y de práctica de valores a nivel
individual. La
presente Revista, nace bajo la inspiración de estas últimas ideas
positivas. Queremos crear o forjar nuevos criterios y cuestionar los
viejos. Esta
publicación desea convertirse en un medio de expresión y difusión de
la producción intelectual de los docentes y alumnos de nuestra
Facultad; y, de todos aquellos profesionales y estudiantes de Derecho y
afines que se identifiquen con nuestros objetivos, sin importar el lugar
de procedencia ni la actividad que desempeñan (ejercicio libre,
magistratura, docencia, etc.). Son bienvenidas todas las contribuciones
(con artículos, sugerencias, ideas y otros) tendientes a la elevación
de la calidad de este trabajo. El Coordinador (*) (*) Abogado. Profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Cajamarca. |
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